miércoles, 15 de febrero de 2023

Me quiere sonar.

Esperaba de ti un amanecer distinto al ruido y la furia de la noche anterior.

Esperaba una mirada acogedora y una piel en la que refugiarme.

Esperaba un silencio a tiempo y una palabra a contratiempo.

Esperaba y esperaba.

Pero mira cómo va, esto no está nada mal. 

¡Qué coño! Es inesperado, es mejor.



Mañana sonará mucho mejor porque hará sol.

domingo, 3 de diciembre de 2017

La lluvia que no viene

Hombre de secano busca caída de agua para relación ocasional. Horas intempestivas, posturas rebuscadas, verbo explícito, carne débil, ropa permeable. Se admiten ruegos pero no preguntas. Pago inmediato.


Razón: no hay.

miércoles, 5 de abril de 2017

Después de tanto tiempo

Dando vueltas y más vueltas, sin parar de hacer lo mismo, mirando al infinito con ojos en espiral, preguntando al viento del sur y a la pared arañada, al libro inacabado y a esa señora que pasa, al verano que está por llegar y a la primavera que no quiero que acabe nunca, al chasquido de mis dedos que un día quise que fueran música y a la noche silenciosa de mi dormitorio provisional, al museo que nunca dejaré de visitar y a la boca que siempre buscaré besar, al campo de cemento y la ciudad vegetal, al muchacho bien peinado y a la bicicleta más bonita del mundo, al contraste de la sauna fría y a la escalera mecánica que está parada, al gélido lamento del misántropo y a la virtud fogosa de los goces reprimidos, al viaje que está por hacer a ese lugar que solo conoces tú y a la maleta que nos va a acompañar, a eso y a ella, al todo y a la nada. Dando vueltas y más vueltas, mirando al infinito con ojos en espiral, preguntando si después de tanto tiempo todo esto es normal.

...
I really love you
What could I do?
I really need you
Oh, what's the use in resisting?
I really love you
I cannot help myself
I really need you
Oh, what's the use living without?
...

sábado, 14 de mayo de 2016

Hazlo

Vuelvo a casa, borracho, de un maravilloso concierto de un maravilloso y mítico grupo, The Buzzzcocks. Bailando, bebiendo, disfrutando soy consciente de que soy libre. Ahora cuando te cuento esto y antes cuando escuchaba, bailaba y disfrutaba a los Buzzcocks y tantos otros, libre tú y libre yo. Y miro a mi alrededor... no es como antes, que tanto costó... la Libertad. La libertad, sobre todo de pensamiento, cuando no había corrección ni política ni de ningún tipo, y cuando decías lo que te daba la gana, pensando o sin pensar, y te daban igual las consecuencias... si es que las había, más allá de un dolor de cabeza al día siguiente de todo lo que había pasado por tu cuerpo... Libertad, sin ningún tipo de consecuencias más allá de tocar los cojones, pues de eso se trataba. No había más carga de profundidad que violentar, per sé, las narices y el pensamiento a los demás. Nada más. Nada menos.
Ahora no. Pues que se jodan.



Tutti frutti. ¿Hay algo mejor que la mezcla? Pues a bailar, a soñar, a gozar. A vivir.

jueves, 7 de abril de 2016

Para N y L

El dolor es asqueroso pero tiene una cosa buena, solo una pero es muy buena: el dolor une.
Cuando el dolor es intenso o recurrente, une más que todos gustos, amigos o lugares comunes juntos. Transitar por el mismo lado oscuro de la existencia hace que empatices enseguida con alguien que pasa por lo mismo que tú. Y eso hace aflorar un sentimiento que cada vez es más necesario, la comprensión. Entender al otro, ponerse en el pellejo de los demás, valorar sus sensaciones, respetar su punto de vista de las cosas. No hay nada que acerque más a las personas que el sentimiento compartido del dolor. Bueno sí, la risa.


Hay un lugar en el mundo en el que la distancia entre dolor y risa no existe. ¿Nos vamos para allá?

sábado, 23 de enero de 2016

La llamada

Atento a cualquier movimiento, a una señal imprevista, a no sé qué exactamente, esperaba apostado en un rincón a media luz, fuera de foco, en tercer plano. Nunca le gustó la primera línea pero sí estar dónde sucedían las cosas. No quería ser protagonista -¡no sabía serlo, que era algo muy diferente!- aunque no dudaba en correr al lugar adecuado antes que nadie. Tenía algo dentro que le hacía sentir la llamada de cosas mucho antes que los demás. Sin embargo no controlaba esa anticipación en beneficio propio; más bien al contrario. Ese pálpito que siempre le obligaba a dejar lo que estuviera haciendo por llegar a donde la historia o el tiempo cambiaba de dirección bruscamente, le atormentaba y a cada llamada, su cuerpo se iba consumiendo como caladas a un cigarro; fulgor potente que precede al agotamiento. Energía oscura que le daba vida y a la vez se la quitaba.

Esta vez era diferente. Como siempre que se activaba la llamada no sabía qué le esperaba, pero en esta ocasión todo era distinto. Hoy había algo en su cabeza que nunca había sentido antes pero que a la vez parecía haberlo vivido; eso le excitó aún más de lo que solía. El fulgor de la calada era más potente que nunca y aún así no le importaba que el cigarro se consumiera antes.

Atento a cualquier movimiento, en ese rincón. Mirar sin parpadear a través de pupilas dilatadas en ojos temblorosos inyectados en sangre para no dejar que un instante se perdiera durante el momento en que las pestañas baten la vista.

"Ya estoy aquí, ven". No escuchó palabra alguna pero entendió a la primera el mensaje. No la distinguía completamente aunque esa cara le resultaba conocida y automáticamente se tranquilizó, salió de aquel rincón y se dirigió hacia ella. Sus pequeños ojos le esperaban en un rostro que a medida que se acercaba le parecía lo más perfecto que había visto en su vida. A unos pasos, ella le tendió su mano y sonrió levemente. Él seguía avanzando hacia ella. Ella cada vez más cerca. Él avanzaba. Ella con la mano tendida. Él sonreía. Ella continuaba allí. Él continuaba acercándose. Ella no. Él seguía. Ella inmóvil. Él andaba. Ella se alejaba. Él no acababa de llegar. Ella se acababa de ir.


Atento a cualquier movimiento, consumido en ese rincón.

sábado, 4 de julio de 2015

¡Levántate y baila!

Tú, cara triste... ¿qué miras? ¿a quién miras? ¿es que no oyes? ¿es que no sientes? Entonces, ¿para qué has venido aquí? Vamos, ¡levántate y baila! Baila hasta que no puedas más, hasta que caigas rendido, no dejes de bailar, tú, que aún puedes.


Baila y no dejes de soñar.

sábado, 28 de marzo de 2015

Paso de página

¿Qué es el futuro? Lo que no vives.
¿Qué es el pasado? Lo que no vives.
¿Qué día es hoy? El pasado de mañana, el futuro de ayer.
¿Qué hay de nuevo? Lo de siempre.
¿Qué quieres ser? Ser.
¿Cómo eres? Como tú me ves.
¿A dónde vas? De un lugar a otro.
¿Por qué tan lejos? Para estar cerca de ti.
¿Con quién? Conmigo.
¿Por qué te mueves tanto? Porque quiero parar en algún lado.
¿Quién eres? El remedio para tu corazón.


Vuelvo a hacer las maletas. No conozco mi destino pero el camino será divertido. Deséame buen viaje.

miércoles, 21 de enero de 2015

Refundación

"Hola. Soy ese que está pero que no ves, uno que permanece cuando vas y vienes, el decorado en el que te sientes a gusto cuando actúas".

"Hola hola. No me he ido a ninguna parte, sigo aquí. Si no digo nada ni te enteras, pero yo no me he movido ni un milímetro. Quizá sea eso, quizá sea mejor que tire algo al suelo a ver si prestas atención".

"Hola hola hola. Hace una eternidad que no me miras a los ojos; sé por qué lo haces, la mirada es un lenguaje que no dominas y procuras evitarlo. El tacto tampoco es tu fuerte, nunca te gustó que te tocaran".

"En realidad me pregunto qué es lo que te gusta. Yo no, desde luego. Adiós".



Haciendo poco honor a su nombre, Sansón González rompió a llorar, calladamente, a intervalos, con un hipo medio nervioso. Luego se compuso como pudo, guardó el revolver, se levantó de aquel banco y se marchó. Según se alejaba de allí, su cara fue mudando desde la inicial triste crispación hasta una definitiva y amplia sonrisa, entre malévola y triunfante. "¡Que te jodan, que te jodan a ti! El mundo es mucho más que tú y este puto lugar".

sábado, 20 de diciembre de 2014

2.0

Volver a empezar es empezar de verdad. Sí, es cierto, decías que estabas a mitad de partida y pensabas que todo iba a ser según lo planeado, sin altibajos, previsible. Entonces, una vez más, has tirado el dado, has avanzado y te has parado tranquilamente en mitad de ninguna parte. Pero de repente te has dado de bruces con tu enemigo y, sin que te des cuenta, por la espalda, te ha comido la ficha y has tenido que regresar a la casilla de salida. Mejor. Sí, mejor; créeme, te han hecho un favor porque esta partida se te estaba quedando pequeña y ya era demasiado aburrida para ti.


Nuevo juego, nuevas reglas, diversión de verdad. Vuelve a tirar los dados.

sábado, 25 de octubre de 2014

Semidioses

- No volveré -murmuró mientras le daba la espalda y echaba a caminar sin dirección pero lejos de ahí.

Durante un tiempo no había nadie más que tú, el mundo era un decorado y mi vida contigo era una maravillosa obra. Un duelo de actores dándose la réplica con frases geniales, silencios abrumadores y una expresividad corporal como nunca nadie siquiera pudo imaginar.
Es cierto, fue un tiempo en el que los dos vivíamos en estado de gracia. Cualquier acción cobraba un sentido que nadie más entendía por pura elevación, porque nadie jamás vivió semejante intensidad; se acercaba más a lo divino que a lo humano y tanto es así que creímos reconocernos como dos seres por encima de los demás, auténticos semidioses. Realmente acariciamos lo mejor, lo más alto, el todo.
El todo, un lugar reservado para los dioses y ellos son celosos, no quieren más competencia que la que eternamente se hacen entre sí. No hay lugar para nadie más y no permiten que alguien pueda alcanzar lo que tienen y lo que a veces, a los miserables humanos, tienen a bien concedernos. El Amor, como la Guerra, la Sabiduría, o el Tiempo son cosa suya y tal como lo dan, también lo quitan.
Tú sabes que nuestra obra se ha terminado. Podía haberse convertido en un clásico pero lo clásico permanece, y la pasión, que es donde quiero vivir, son las mismas antípodas de la permanencia. No deseo rescoldos eternos; necesito sentir el fuego y el fuego, al final, siempre se acaba apagando.


"Ahora, vete, es mejor. Vete, vete, vete.... No vuelvas nuncas más".

jueves, 24 de abril de 2014

El grupo

El sol se escondía rápidamente tras las montañas y el grupo caminaba muy junto, despacio, pegados los unos a los otros, mezclando el sudor que sus fatigados cuerpos no dejaban de desprender a cada paso que daban, en la tortuosa subida por el camino empedrado y polvoriento que podía alejarles de esa jauría que los perseguía sin descanso desde hace días. Seis almas desesperadas; tres chicos y tres chicas que apenas hace una semana no se conocían entre sí pero que el avatar les había convertido en una piña y, quizá, en algo más. En siete días habían vivido, compartido, disfrutado y sufrido tanto juntos como ninguno de ellos lo había hecho antes de todo esto. Porque todo esto había sido muy intenso -demasiado, quizás- aunque ninguno de ellos lo hubiera elegido, ni siquiera imaginado; el caprichoso azar, el destino, la Providencia o quién sabe qué fuerza superior decidió hace una semana que sus vidas cambiarían de manera tan brutal.
El entendimiento al que había llegado el grupo era tan fuerte que en ocasiones no necesitaban abrir la boca para decirse las cosas; bastaba con mirarse a los ojos o hacer un leve gesto para que todos tuvieran claro qué es lo que estaba ocurriendo, qué sentían, en qué pensaban. Pero dentro del grupo había dos que eran aún más cómplices; dos que tenían muy claro que lo darían todo por el otro sin dudarlo. Almas gemelas que existen en el mundo y que a veces tienen la fortuna de encontrarse, y es en ese preciso instante cuando saben que su vida ya no tendrá sentido si no están juntos.
La noche cayó muy rápido y el camino se endurecía, pero decidieron hacerlo. Un poderoso instinto les invitó a detener por un momento su agónica huida y, mirando a la preciosa luna creciente, gritaron a pleno pulmón para que el mundo supiera que allí estaban, libres y vivos. La jauría les seguía los pasos, acercándose, pero el grupo era sólido, fuerte, una roca con seis corazones que latían a la vez y nadie sería ya capaz de deshacer los poderosos vínculos que les unían. Ni aunque al fin les dieran caza.



- ¿No les oís? Esos seis ya no pueden estar lejos. Vamos chicos, hay que limpiar el valle de aullidos para siempre. Lobos de mierda...

jueves, 13 de febrero de 2014

La penúltima vez

Otra, vamos... ¿No hay huevos o qué? No me vengas con que es suficiente. No me digas que es tarde. No me digas que la música está demasiado alta. No me digas no... No me lo digas a no ser que quieras que la próxima vez yo te diga también no. Y no quieras oir de mi boca un no, porque eso significa exactamente eso y no hay resquicio para un quizás.

¿Qué esperabas? Y sé que ya no tenemos veinte años ¿y qué? Ahora todo sabe mejor porque a pesar de que la resaca me dura más de un día ahora sí que merece la pena la bajona. Es cuestión de querer sentir las heridas en la cabeza y en el cuerpo de los arrebatos de esta noche, las gloriosas sombras nocturnas que mañana se convertirán en dolorosas pero dulces luces que deslumbran y traen ese regusto que llevas tanto tiempo sin paladear. Ahora todo tiene mucho más sentido porque es buscado, es a salto de mata, es de cuando en cuando y no es como entonces, el mecánico ritual de cada jueves o viernes o sábado, o de todos esos días juntos y muchos más. Ahora yo escojo cuándo y dónde, pero sobre todo por qué, aunque esta noche haya sido un "por qué no".

Mírame; levanta la cara, enfoca tus ojos y mírame. Quítate eso que te sobra de la nariz y mírame de una vez. Después de todo, esto es como amarte sin tocarnos un pelo, imaginando más cosas de las que ahora estaríamos dispuestos a hacer, pero creyendo que podemos batir el récord de salto de longitud; o de polvos seguidos. Mírame, no me jodas, hace tiempo que no nos veíamos y sé perfectamente que deseabas esto tanto como yo.


Venga, otra y después ya no habrá nada en el mundo más que tú y yo. Al menos hasta mañana.