martes, 28 de mayo de 2013

Lejos, cerca.

Es como si lo viera, como si estuviera allí mismo sintiendo que me atraviesa el cuerpo el gélido y persistente viento que suele recorrer de norte a sur el desolado páramo donde se encuentra la cabaña. Cierro los ojos; recuerdo con precisión ese lugar donde solo un cercano bosquecillo, con su amorfa y nevada figura, rompe la monotonía de un paisaje blanco en aquel confín tan poco agradable para la existencia humana. No se me ocurre un sitio mejor para ti que ese. Sí, allí debes pasar una buena temporada sin que el resto del mundo tenga noticias sobre ti, alejada de todos los que tanto hicieron en los últimos tiempos que la vida -nuestra vida- fuera un martirio.
No le deseo a nadie pasar por esto, saber que tú estás tan lejos y vivir con la agonía de no tener noticias de ti, e incluso ser consciente de las pocas posibilidades que tenemos de que nos volvamos a ver, pero mi conciencia no estaría en paz si no tengo la certeza de que al menos existe un lugar en la Tierra donde nadie te haga daño otra vez. Allí estás a salvo. Ahora solo nos queda rogar porque algún día esa gentuza piense que nos hemos evaporado definitivamente, se olviden de nosotros y nos dejen en paz. Cuando por fin ese horror vivido que tanto nos pesa se convierta simplemente en un amargo pasado, solo entonces podremos volver a estar juntos.


Estás lejos de todos pero yo te siento a mi lado.

jueves, 16 de mayo de 2013

Cuesta arriba

Quiero ir hacia adelante y solo consigo retroceder. Al coger carrerilla para tomar impulso y saltar, me quedo clavado muchos pasos más atrás del punto donde pretendo salir propulsado. Es como esas veces que sueñas que quieres llegar a un lugar y, por mucho que corras, ese destino se aleja más y más; como intentar mover una extremidad cuando se te queda dormida y notas ese cosquilleo que indica que las fuerzas te fallan y no hay conexión entre cuerpo y mente. Esta es una de esas ocasiones en las que me siento como los salmones que no logran remontar el río y a mitad de subida la corriente los agota y los vence y se dejan arrastrar exhaustos y moribundos de vuelta al mar.
Quizá alguien esté detrás de mi falta de progresos, afanándose para que no avance, anclándome en un presente poco alentador, empeñándose en que siga en la parte gris de la vida; pero no estoy seguro de quién es.


A veces pienso que ese alguien soy yo.

lunes, 6 de mayo de 2013

Uno más para los demás

¿Calorcito por fin o hay que esperar hasta el 40 de mayo? Deseo más calor, deseo siempre calor y tener las pulsaciones tan bajas como para dejar pasar delante de mí cosas que me gustan sin importarme, despreocupada y lánguidamente. Deseo vivir en un lugar en donde nunca haga menos de 20 grados, no necesite mucha ropa y que ese lugar no sea necesariamente mi cama. Seguir siendo un personaje secundario para el resto del mundo del mismo modo que los demás me importen un bledo, sin molestar ni ser molestado. Pasar desapercibido, ser parte de un decorado que sólo vea yo. Y tú.


Tengo ganas de no tener ganas. Tengo ganas de tener la típica tostada veraniega y un ron en la mano.